10 Razones por la que no hacer Déficits Calóricos Agresivos con tu Dieta

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10 Razones por la que no hacer Déficits Calóricos Agresivos con tu Dieta

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En este Programa hablo sobre:

  1. Qué es un déficit agresivo
  2. Mecanismos de defensa que se activan con los déficits agresivos
  3. Por qué se pierde menos grasa con un déficit agresivo
  4. Perjuicios a la salud con déficits agresivos
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Ahora que ya está aquí el verano y ya se le ha echado a la gente encima, y más habiendo estado meses encerrados con el confinamiento y todo ese tiempo en casa, con estrés, ansiedad y delante del sofá han hecho que coman cosas que no deben y demás y ganado algunos kilos, ahora corren las prisas para quitárselo de encima para Agosto estar bien para la playa e incluso antes.

Se quiere quitar mucha gente muchos kilos de encima en menos de un mes y para eso, debido a estas prisas y desesperación, se recurren a dietas drásticas con déficits muy agresivos.

Por qué es perjudicial un déficit agresivo respecto a uno moderado.

Sin uno tener mucho conocimiento sobre fisiología y nutrición, puede intuir que una dieta que haga en teoría perder peso, y digo peso, no grasa, más rápido, va a ser más dura y quizás se pase más hambre. Eso al menos es lo que tiene la mayoría de la sociedad como idea cuando va a hacer una dieta que genere mayores resultados en menor tiempo.

Pero esto está alejado de la realidad, la realidad es que dietas con déficits agresivos nos van a hacer perder menos grasa que dietas con déficits moderados.

¿Cómo es esto posible? Se supone que mientras más déficit haya, más grasa vamos a perder. Eso es lo que podrían decir las matemáticas, pero el cuerpo no funciona sólo a través de matemáticas, sino que diversas hormonas y mecanismos de defensa se activan o no según en el escenario en el que se encuentren, por lo que pasando cierto un umbral pueden dar un resultado totalmente distinto.

Es como si llevas un coche acelerando y cada vez que aceleras más va subiendo la velocidad y piensas que puedes seguir hasta el infinito que puedes ir a 500km/h y que recorrerás mucha más distancia en menos tiempo, pero cuando intentas alcanzar mucho antes de esa velocidad se te rompe el motor y te quedas pidiendo en la cuneta a una grúa y pedir un uber para que te lleve donde tenías que llegar mucho más tarde que si hubieras ido a 120km/h.

Con la pérdida de grasa pasa muy parecido.

Cuando hay déficits moderados todo va bien, se va perdiendo grasa a buen ritmo a razón de medio a un kilo por semana y si hay mucha grasa que perder, quizás al principio pierdas más rápido porque también perderás retención de líquidos.

Pero cuando hay déficits de agresivos ocurren varios mecanismos de defensa en tu cuerpo que paralizan la pérdida de grasa. Y entendemos déficits agresivos por debajo de las 500 calorías respecto a las de mantenimiento:

  1. Aumento de los niveles de grelina

Cuando hay un déficit agresivo el cuerpo se pone en estado de alerta ya que entiende que le está entrando demasiada poca comida, por lo que aumenta la hormona del hambre, la grelina, para intentar que comas lo máximo posible y salir de ese estado, así que te originará que tengas hambre a todas horas, dificultando que tengas adherencia a la dieta.

  1. Ansiedad

Al subir el cortisol sentirás ansiedad a todas horas, no sólo a nivel de hambre, sino de necesitar moverte, hacer cosas continuamente incluso taquicardias. Esto lo hace el cuerpo porque piensa que tienes que estar activo para conseguir comida.

  1. Pérdida de fuerza y rendimiento

Cuando ingieres muy pocas calorías, tu fuerza va a disminuir y al no poder mover los mismos pesos en el gimnasio, inevitablemente vas a perder masa muscular.

  1. Pérdida de líbido

Los niveles de testosterona en hombre y estrógenos en mujeres bajarán y por tanto la líbido y potencia sexual ya que al ser el déficit agresivo el cuerpo lo último que piensa es en la procreación. Desea mantener sus funciones vitales únicamente.

  1. Modo de restricción del sueño

Verás que te cuesta dormir más y que incluso te despiertas por las noches para mantenerte activo y que encuentres comida y salir de ese estado.

  1. Pérdida del ciclo menstrual

Cuando el déficit es agresivo a las pocas semanas puedes tener amenorrea.

  1. Pérdida de masa muscular

Cuando hay un déficit agresivo, no sólo perderás grasa, sino también músculo, aunque evites parcialmente esto si haces pesas, pero no podrás evitarlo del todo si el déficit es muy agresivo.

  1. Menor pérdida de grasa

Pese a la ironía, cuando hay un déficit agresivo, normalmente no ingerimos todas las grasas saludables que nuestro cuerpo necesita para producir las hormonas que necesitamos a partir del colesterol y otras funciones protectoras.

Por tanto, incluso con déficit va a retener la grasa que hay.

  1. Ralentización del metabolismo.

Cuando antes al hacer 1 kilómetro andando quemabas 100 calorías, ahora tu cuerpo intentará quemar 50 al haber pocas calorías y con eso con todas sus funciones reduciendo tu metabolismo basal. Esto quiere decir que al reducir tanto las calorías tu metabolismo basal se va a reducir también y por tanto, proporcionalmente perderías la misma grasa que con un déficit moderado, y esto sin contar todos los mecanismos de defensa que harán que a las pocas semanas dejes de perder grasa.

  1. Perjudicarás tu salud

Este cuadro clínico donde te has destrozado la salud tardarás al menos unas semanas en revertirlo, sumado a los aspectos psicológicos negativos de estar por meses en un estado de salud y síntomas que no es bueno.

Así que por mucha prisa que tengas, déficits moderados si quieres que la cosa funcione y no te destruyas por el camino y encima sin los resultados que buscas.  Sino llegas este verano, no puedes solucionarlo corriendo más. Aguántate, aprende de ello y para el próximo, empieza antes, o mejor, no te descuides de esa forma y estarás siempre en forma que no necesites más de un mes para estar al nivel de grasa que deseas.

Programa anterior de Más que en Forma:

Cómo mejorar tu Flexibilidad metabólica con el Ayuno Intermitente y Cetosis

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